SOLEDAD SIN OLVIDO
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¡Qué pena ésta de hoy! Haberlo dicho todo, volcando por completo lo que pesaba tanto, y ver luego que todo se queda siempre dentro, que las palabras fueron espejos engañosos, cristales habitados por fantasmas sin vida; que todo queda dentro con sus negras presencias, insistentes, doliendo.
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