LA VOZ CRUEL
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Alzan la voz cruel quienes no vieron el paisaje, los que empujaron por el declive pedregoso la carne ajena, quienes debieron ser almas de todos y se arrancaban de ellos mismos cuerpos parásitos para despeñarlos. Mil muertos de sus vidas brotaban, mil muertos solitarios que miraban desde el suelo, durante el último viaje, la colosal estatua a la injusticia. No eran muertos, eran oprimidos, seres aplastados, ramas cortadas de un amante o de un padre, seres conducidos por un deseo imposible, topos de vicio que no hallarán la luz por sus turbias y blandas galerías. Alzan la voz cruel quienes no vieron el paisaje, los que triunfaron por la paz interior de sus mentiras. ¡Oh mundo desigual! Mis ojos lloren el dolor, la maldad: la verdad humana.
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